Es la isla de las dos caras. La mundialmente famosa Ibiza marchosa y discotequera y por otro la paradisíaca Ibiza ,vista desde una perspectiva diferente, desde el mar. Nosotros nos quedamos con la segunda.
Embarcamos al atardecer en una cala de agua cristalina al sur de la isla y vemos la puesta del sol desde nuestro velero.
No tenemos televisión a abordo ni tampoco la queremos. Los atardeceres son nuestra serie de naturaleza preferida. Estamos enganchados a ella y no nos la perdemos.
Es Vedrá y Es Vedranel, las mágicas islas. Navegamos en silencio para escuchar el canto de sus sirenas. Sus impresionantes paredes y su energía nos enganchan.
Conillera, Tagomago, Ses Margalides…islas e islotes de piedras surgidas desde el mar.
Y ese sonido de tambores? Es domingo, estamos en Benirras. Los bailes y los djembes, bongos y darboukas saludan al sol. Les dan las gracias por llenarnos cada día con su energía.
Por tierra y por mar, que privilegio poder conocer así la isla.
San Josep, San Carles, San Rafael, Santa Gertrudis preciosos pueblos del interior donde es un placer sentarse en sus terrazas a tomar una cerveza bien fría.
Eivissa la ciudad amurallada. Patrimonio de la UNESCO. Callejear sobre sus adoquines, contemplar las vistas desde lo alto, es como viajar en el tiempo.
Y antes de volver a casa nos vamos de mercadillo a Es Canar o Las Dalias. Una camiseta, pulsera, bolso o cualquier caprichito que nos recordará las merecidas vacaciones pasadas en ese pequeños paraíso llamado Ibiza.