Formentera

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Formentera es blanca. Su cálida luz nos ciega de felicidad y alegría. El blanco de la arena de sus playas como Illetes, Espalmador, el Arenal, Saona o las playas de Migjor.
Pedalear en bici por su rutas de caminos verdes, visitar sus faros del fin del mundo y cruzarnos con los Citroen Meharis de colores nos transportan a los años 70.
Navegamos entre embarcaciones tradicionales de pesca, llauds e impresionantes veleros de dos y tres palos. Parece como si el tiempo se hubiera parado.

Caliente y cálida. Desnuda y sexy. Lisa y con curvas. Bonita y preciosa. Embruja y embrujada a la vez. Una isla de enamorar….